martes, 6 de octubre de 2009

LA FUERZA DE LOS GENES

Leo una biografía de Miguel Enríquez y descubro que su principal enemigo hacia fines de los sesenta se llamaba la Democracia Cristiana y en particular Eduardo Frei Montalva. Que el estimó en un momento histórico del desarrollo del MIR que había que "romper con los representantes y la política del centrismo, trazar delimitaciones claras entre revolucionarios y no revolucionarios, la nula importancia de dar lucha, sólo para cambiar dirigentes de partidos". Para ello se planteaba construir un partido revolucionario de nuevo tipo. Al término de la lectura me queda la sensación que el desaparecido revolucionario no escapaba al sino de muchos líderes mundiales. Lo perseguía un aura de mesianismo y sus argumentos - según su biógrafo incontrarrestables - le acordaban que estaba siempre en la verdad.
El candidato Marco Enríquez, hijo de Miguel a medida que lo vamos conociendo en campaña muestra también esos rasgos, con cierta intolerancia en sus planteamientos parece ser el dueño de la verdad, y como ha dicho en más de una oportunidad jamás miente.
Es curiosa la evolución de MEO. A principios del año visitaba a Frei para entregarle un decálogo que siendo muy bien recibido por el presidenciable de la Concertación motivó a MEO a expresar su apoyo al candidato DC.
De pronto estimó que había que separar a los ávidos de mantener el poder de los demás ¿?, que los partidos de la Concertación a la larga estaban sólo para satisfacer a las cúpulas y que estas se reproducían a sí mismas. Por ello se transformó en el díscolo
¿Porqué ocurrió aquello? ¿Qué provocó que hoy su enemigo político por naturaleza sea Frei Ruiz Tagle? Puede haber dos explicaciones como mínimo, una es la fuerza de los genes. La otra, que es políticamente más comprobable consiste en que MEO pretende limpiar la política, y legítimamente busca el poder formal, sin percatarse que se ha transformado, sin querer suponemos, en el instrumento de la derecha para derrotar al democristiano, que en el pensamiento más retrógrado de la derecha sigue siendo su más acérrimo enemigo . Al cabo históricamente la derecha ha acusado a la DC de "haber empezado" con la revolución en libertad encabezada por Frei Montalva una especie de insurrección social la que provocó el susto de los sectores más altos de la burguesía porque abrió la puertas a miles de chilenos postergados y marginados, levantó las expectativas de miles de ciudadanos, inició la reforma agraria, chilenizó el cobre, y en fin amenazó sus posiciones clasistas. Ese pecado jamás se le perdonará a la DC y MEO parece ser un buen instrumento para sepultar al partido que los borró del mapa electoral en 1964, que abrió las puertas del efectivo cambio en Chile.

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