lunes, 7 de abril de 2008

EROS Y CIVILIZACION, notas a propósito de la"pildora del día después"

Marcuse, en "Eros y Civilización" retoma los conceptos de Freud y su sicoanálisis y concluye que el hombre vive preso de sus instintos no satisfechos. Que la sociedad al fin y al cabo, cuestión que plantea a su vez Nietszche, se ha sometido a los conceptos cristianos judaicos y ha aceptado la represión de sus instintos en particular los sexuales, transformando a las leyes del estado en el instrumento de represión.

En Chile estamos asistiendo a lo que podríamos denominar como las consecuencias del eros en la civilización. El chileno civilizado ha aceptado en casi doscientos años esta represión en particular la sexual y sus hombres y mujeres se han transformado en "pecadores" que viven tras las luces mortecinas de algún motel. En ese cuadro los adolescentes simplemente están rompiendo las reglas de esa moral y se acercan a la libertad plena. Eso sí irresponsable porque como tales adolescentes dependen de sus padres y terminan por transformar sus uniones en un problema social y en un situación grave de salud pública.

En el contexto anterior los gobiernos adoptan y adaptan mecanismos que permitan que esta "libertad" se ejerza sin las dolorosas consecuencias que sabemos, y de salud pública. Por ello en estos años de "progresismo" se produjo el llamado "destape" con su cabalgata de demandas que van desde las uniones homosexuales, de la salida de éstos " del closet", hasta la repartición de condones alentada incluso desde el Ministerio de salud y por cierto la polémica "píldora del día después". El levonorgestrol nos hará libres está reemplazando a la sentencia evangélica "la verdad nos hará libres.

Así, el Congreso Nacional, sus miembros, las autoridades elegidas y designadas, el Tribunal Constitucional, los medios de comunicación sin excepción, e incluso este modesto blog se han ocupado de la lujuria nacional y de la concupiscencia.

El tema se ha enfocado planteando que hay discriminación si no se entrega la píldora ya que los ABC 1 pueden copular sin problemas en desmedro de las otros grupos sociales que al hacerlo deben afrontar las consecuencias de su quehacer sexual - embarazos, hijos no deseados, abortos etc -. El estado dicen algunos, y el gobierno en especial debe velar para que no haya discriminación de este tipo.

Los conservadores, en palabras de Marcuse o Freud, los reprimidos, alegan que no es posible abrir la compuerta a las malas costumbres ni al libertinaje. Niegan en rigor el derecho a la libertad y quisieran que esta, si existiere, se debe ejercer dentro de valores fundamentales, y con virtudes "humanas" como el amor, el respeto, la fidelidad y la responsabilidad. Al cabo unirse entre hombres es un acto de entrega y no de mero instinto dicen ellos. O sea, hay un conflicto de valores, pero se olvida que estos no pueden determinarse en un Tribunal porque cada ser siendo único e irrepetible tiene su propia visión de la vida. Al estado le corresponde asegurar que los de unos no pugnen con los de otros para impedir un regreso al estado de naturaleza.

El levonorgestrol contiene un elemento que puede provocar un aborto. El aborto está penado en Chile y como tal es un atentado a la vida, y como la Constitución Política asegura tal derecho , incluso del que está por nacer se ha concluido que la "pildora" no podrá ser distribuida ni entregada por los órganos del Estado. Que cada cual ejerza su libertad sin hacer cómplice al Estado. Parece al fin y al cabo una sabia decisión.

LA REVOLUCION QUE VIENE . parte II -

La modernización implica en consecuencia, un avance es las instituciones políticas que sea capaz de absorber y canalizar los efectos de este fenómeno. En Chile específicamente, tal no ha ocurrido; más bien se observa una tendencia a volver al pasado en una serie de materias. Asi, por ejemplo se critica al sistema binominal de elecciones señalando que deja fuera de la competencia a grandes sectores del país. Pero a nadie se le ha ocurrido estudiar un sistema que junto con consolidar la modernización asegure la participación de todos. En este punto, también el sistema democrático pareciera que se transforma en un obstáculo a la modernización, si no se entiende que la democracia es mucho más que un gobierno de las mayorías.

En otras palabras la democracia debe propender a lograr dos objetivos principales para gobernar a que se refiere Madison en "The Federalist", (citado por Huntington en op. cit.), en primer lugar capacitar al gobierno para controlar a los gobernados, y en segundo lugar, obligarlo a controlarse a sí mismo. En este punto tenemos que referirnos forzosamente al valor libertad asociado al control o la disciplina, o de la autoridad. La carencia de autoridad deriva inevitablemente en desorden, deja a los gobiernos a merced de " intelectuales alienados, coroneles estrepitosos y estudiantes revoltosos" (Huntington , opo. cit.)

Otro problema que se aprecia en Chile es la falta de institucionalización post golpe de estado. Demás está decir que las instituciones se adaptan con mayor facilidad si son más antiguas. Esto es curioso, por cuanto pereciera que una institución joven es más facilmente adaptable. Otro tanto ocurre con las personas o las clases dirigentes, lo que llamamos la edad generacional. Huntington sobre el particular señala: " Cuanto más a menudo supera la organización el problema de la sucesión política y reemplaza un equipo de líderes por otro, mayor es su grado de institucionalización".

Loa anterior cobra importancia en los partidos políticos produciendo tensiones entre los dirigentes de la generación y la generación posterior que puede plantearse la posibilidad de toda una vida a la sombra de aquellos. En cuanto al gobierno, en Chile podríamos hablar de un cambio inter generacional. Aylwin por Frei, pero en los demás escaños el cambio no ha tenido lugar. Es más, los mismos que participaron en la caída democrática de 1973, salvo honrosas excepciones han liderado el proceso de transición democrática con las dificultades que ello ha acarreado.

En otras palabras, los mismos protagonistas de un fracaso tiene hoy la responsabilidad de rearmar un esquema democrático, crear las instituciones y hacerlas eficaces. Hasta el momento ello no se ha logrado. El problema que Chile arrastra es también la carencia de institucionalización. Ello apareja otras consecuencias lo que se refleja en primer lugar en las familias y demás agrupamientos sociales. A todo lo anterior es preciso añadir que los aspectos fundamentales de la cultura se han resentido por la irrupción de nuevas formas de "ver la vida", por una escalada furiosa del capitalismo, por el neoliberalismo y el triunfo casi definitivo del individualismo.

sábado, 5 de abril de 2008

Una victoria pírrica

La alianza por Chile se frota las manos luego del triunfo que obtuvo en la acusación constitucional que puede devenir en la caída de Yasna Provoste Ministra de educación.Ha comenzado el desalojo y el Receptor debe tener en su maletín otras notificaciones. Es que la derecha está cansada de la corrupción. Ya le pasó una mano a Ricardo Lagos a raíz de otros hechos, lo que culminó con la llamada Agenda de probidad.

Por cierto la derecha cree interpretar el sentir de miles de chilenos que han visto en los gobiernos concertacionistas muchos actos de corrupción que van desde el desmalezamiento de Aylwin hasta los hechos denunciados en educación, pasando por Chiledeportes, el escándalo de FFCC y el uso de dineros de planes de empleo en campañas políticas.

La corrupción dice la derecha la inauguró la Concertación y seremos implacables para denunciarla. Pero la Alianza se equivoca. la corrupción es un fenómeno consustancial a la condición humana, y en el Chile de los últimos 30 años ha tenido visos de extrema gravedad particularmente en el gobierno militar. Y es más, muchos de aquellos que hoy ponen la institucionalidad a su servicio, pensando que obtendrán réditos electorales participaron del régimen militar, y muchos de ellos se alinearon fuertemente para rechazar la acusación constitucional contra el fenecido general Pînochet. Si se osaba aprobarla se destruía el estado de derecho. Lamentablemente en esa misma parada estuvo el propio gobierno que encabezaba a la sazón Eduardo Frei Ruzi-Tagle.

Para acusar a la Ministra de etnia no ha habido tapujos, no ha habido raciocionio capaz - la defensa lo intentó vanamente - de hacer variar la posición extrema de los acusadores que no han parado mientes en pretender que la Ministra debe responder de todos los actos de sus eventuales subalternos. No ha parado en pretender que incluso actuara fuera de la esfera de su competencia si aquello le sirve a su avidez constitucional. Así la Ministra es responsable de no iniciar sumarios porque un auditor se lo propone ¿?; de no estar al tanto de las fallas de un subalterno de IX región, y por cierto, para probar los incumplimientos constitucionales, se acopian numerosos artículos de prensa a sabiendas que tales no son pruebas.

Estamos tratando de decir que Contraloría en efecto encontró malos manejos en el ministerio, muchos de los cuales venían de administraciones anteriores, que encontró que las conciliaciones bancarias no se habían hecho, en fin muchos otros errores o fallas administrativas las que en modo alguno constituyen una base jurídica seria para justificar y fundamentar una acusación constitucional, la que a la vez termina por pretender que los Ministros en un régimen presidencial responden ante el Congreso o las Cámaras. Eso es un desacierto y un precedente nefasto en este sistema casi democrático,

Pero el resultado está a la vista, y la derecha cree que ha cumplido con el sentir popular. A mí me parece que al igual que Pirro quien exclamara "otra victoria como esta y pereceremos", la Alianza va a comprender su error en los próxímos comicios electorales. Cuando la cuerda se estira demasiado se corta. No siempre lo que se cree políticvamente correcto es la mejor para el país. Al cabo el capitán del barco no llegaría a puerto si escuchara la voz de sus pasajeros y no mantuviera el timón fuertemente. Esto corre tanto para el gobierno como para la oposición.

miércoles, 2 de abril de 2008

LA REVOLUCION QUE VIENE

En el año 1994, y raíz del gran auge económico chileno escribimos:
"El crecimiento económico alcanzado por Chile resulta inédito en la historia nacional. Este hecho, para muchos, podría significar que nuestro país no sólo ha transitado exitosamente hacia la consolidación democrática, sino que además, aparejado a ello, ha traído estabilidad social, económica y política. La premias norteamericana que la ayuda económica promueve el desarrollo y éste contribuye a la estabilidad política se está llevando a cabo en el Chile de hoy".
USA, desde la década del sesenta en adelante impulsó esta forma de consolidar la estabilidad política: a mayor desarrollo económico, mayor estabilidad política. Pero lo anterior, ni es un dogma ni un axioma. Sobre el particular se ha dicho que : "En algunos casos, los programas de desarrollo económico pueden contribuir a la estabilidad política; en otros, es posible que el provoquen un serio debilitamiento" ) Huntington, P Samuel, "El Orden Político en las Sociedades en cambio").
Chile enfrentará el desafío de consolidar su desarrollo económico y su estabilidad política. Por ahora sus éxitos económicos han llevado a muchos a decir que pronto Chile habrá alcanzado su pleno desarrollo. Que el subdesarrollo es una historia que comienza a quedar en el pasado. Este desarrollo, sinónimo de modernización trae aparejada entre otros fenómenos el siguiente:
"Desorganiza los agrupamientos tradicionales - familia, clase, casta- y aumenta de ese modo el número de individuos desclasados... quienes se encuentran así en circunstancias conducentes a la protesta revolucionaria" )Macur, Olson (H. ) : "Rapido Growth as a Destabilizing Force", Journal of Economic History, citado por Huntignton en op. cit.)
Ahora bien, la llamada brecha política a que se refiere Huntington tiene una seria connotación en toda sociedad. Un Gobierno se distingue de otro en la forma más o menos eficiente en que soluciona los conflictos, o en el grado de gobierno con que cuentan. Hay , además, sistemas que se distinguen de otros en razón de lo mismo. La modernización, cuando se presentas en sociedades en cambio, o que comienzan un despegue económico requiere de un alto grado de institucionalización. En Chile este grado de institucionalización es incipiente e insuficiente para contener la cantidad de aspiraciones y problemas que genera. Así, por ejemplo, su burocracia no es eficiente, los partidos políticos carecen del grado de organización adecuado, y como con secuencia, de la propia modernización, el grado de participación popular es escaso. A lo anterior se une un precario sistema de control respecto de los militares, y una ingerencia mínima en la economía.
Así, los agrupamientos sociales tradicionales inter actúan dentro de un contexto social inadecuado a sus necesidades; el sistema político moderno abre a estos grupos expectativas que no pueden ser satisfechas, y como consecuencia provocan insatisfacción, y ello contribuye a la desorganización de estos grupos.

CONTINUARA.-