Hará unos cinco o seis años escuchábamos a los comentaristas deportivos abominar de los dirigentes deportivos del momento. El paradigma de los sinvergüenzas a la sazón era el vilipendiado Peter Dragicevic quien había llevado a la quiebra nada menos que a COLO COLO. La marea mediática abogaba por el establecimiento sí o sí de las Sociedades Anónimas Deportivas, y en ello estaba incluso el propio Gobierno. Se decía que sólo esta organización podía desarrollar el deporte profesional y en particular el fútbol. Al final Colo Colo el más importante Club de Chile, y el que más produce quedó en manos de Blanco y Negro S.A. A poco de asumir los nuevos gestores realizaron ventas por más de treinta millones de dólares. Matías Fernández el niño venido de Calera y que llegó a una pensión a los 12 años fue vendido en siete millones de dólares: Claudio Bravo el arquero emigró al fútbol español en dos millones de dólares: a el se sumó Jorge Valdivia, Arturo Vidal y Gonzalo Fierro todos formados en las inferiores de Colo Colo. Está de más decir que los cinco son seleccionados chilenos y ahora que todos se abrazan por el logro de la clasificación a Sudáfrica, hago una pequeña reflexión:
Pienso que el sirvenguenziado Dragicevic es uno de los gestores de este éxito. Al cabo, un jugador no se forma en uno o dos años, y está clarísimo que los mencionados profesionales han sido el fruto de un trabajo largo en que la vilipendiada dirigencia colocolina tuvo mucho que ver. Si sumamos a Iturra y Rodrigo Tello de la U tenemos que estar contestes en que también el trabajo del Dr. Orozco ha contribuido a la clasificación de Chile, y es un hecho de la causa que las S.A. aún no hacen su aporte en jugadores, salvo el establecimiento por la dirigencia del fútbol de cinco extranjeros en cancha por cada equipo. Hoy cuando todo es alegría tendremos que quedarnos con la conformidad que el trabajo de los sinvergüenzas ha dado frutos para tres mundiales al menos.
1 comentario:
Me parece muy cierto.
Publicar un comentario