miércoles, 2 de abril de 2008

LA REVOLUCION QUE VIENE

En el año 1994, y raíz del gran auge económico chileno escribimos:
"El crecimiento económico alcanzado por Chile resulta inédito en la historia nacional. Este hecho, para muchos, podría significar que nuestro país no sólo ha transitado exitosamente hacia la consolidación democrática, sino que además, aparejado a ello, ha traído estabilidad social, económica y política. La premias norteamericana que la ayuda económica promueve el desarrollo y éste contribuye a la estabilidad política se está llevando a cabo en el Chile de hoy".
USA, desde la década del sesenta en adelante impulsó esta forma de consolidar la estabilidad política: a mayor desarrollo económico, mayor estabilidad política. Pero lo anterior, ni es un dogma ni un axioma. Sobre el particular se ha dicho que : "En algunos casos, los programas de desarrollo económico pueden contribuir a la estabilidad política; en otros, es posible que el provoquen un serio debilitamiento" ) Huntington, P Samuel, "El Orden Político en las Sociedades en cambio").
Chile enfrentará el desafío de consolidar su desarrollo económico y su estabilidad política. Por ahora sus éxitos económicos han llevado a muchos a decir que pronto Chile habrá alcanzado su pleno desarrollo. Que el subdesarrollo es una historia que comienza a quedar en el pasado. Este desarrollo, sinónimo de modernización trae aparejada entre otros fenómenos el siguiente:
"Desorganiza los agrupamientos tradicionales - familia, clase, casta- y aumenta de ese modo el número de individuos desclasados... quienes se encuentran así en circunstancias conducentes a la protesta revolucionaria" )Macur, Olson (H. ) : "Rapido Growth as a Destabilizing Force", Journal of Economic History, citado por Huntignton en op. cit.)
Ahora bien, la llamada brecha política a que se refiere Huntington tiene una seria connotación en toda sociedad. Un Gobierno se distingue de otro en la forma más o menos eficiente en que soluciona los conflictos, o en el grado de gobierno con que cuentan. Hay , además, sistemas que se distinguen de otros en razón de lo mismo. La modernización, cuando se presentas en sociedades en cambio, o que comienzan un despegue económico requiere de un alto grado de institucionalización. En Chile este grado de institucionalización es incipiente e insuficiente para contener la cantidad de aspiraciones y problemas que genera. Así, por ejemplo, su burocracia no es eficiente, los partidos políticos carecen del grado de organización adecuado, y como con secuencia, de la propia modernización, el grado de participación popular es escaso. A lo anterior se une un precario sistema de control respecto de los militares, y una ingerencia mínima en la economía.
Así, los agrupamientos sociales tradicionales inter actúan dentro de un contexto social inadecuado a sus necesidades; el sistema político moderno abre a estos grupos expectativas que no pueden ser satisfechas, y como consecuencia provocan insatisfacción, y ello contribuye a la desorganización de estos grupos.

CONTINUARA.-

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