martes, 22 de diciembre de 2009

AUN TENEMOS HUMANIDAD

Me entero que un grupo de personas ha ocupado su tiempo y su patrimonio para atender a los "patroncitos" del Padre Hurtado. Eran niños en riesgo social, en otras palabras niños de la calle atendidos por el SENAME. La reunión se hizo en una Escuela del sector alto de Puerto Montt, cerca de avenida Presidente Ibañez.
Dos días estuvieron estos jóvenes " y no tan jóvenes" dedicándose a atender a muchachos de entre 8 y 17 años. Una once a base de hot dogs y regalos navideños ocuparon parte del sábado 19 y domingo 20 de diciembre. Juegos, diversión, amistad pero por sobretodo AMOR, existió en la actividad navideña. Una entrega muy importante en un mundo cada vez más individualista.

Es bueno dar cosas. Es importante cooperar con obsequios navideños. Es muy bueno participar entregando regalos, pero darse a sí mismo, atendiendo personalmente a jóvenes distintos es un acto casi único. Por eso en esta fecha como en cualquier otra encontrarse con personas dispuestas a darse por Amor a un grupo de desconocidos y excluidos de la sociedad da pábulo para pensar que aún tenemos humanidad.

Los que buscando excusas no asistimos a la once navideña simplemente nos la perdimos.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Se entiende que la práctica de la solidaridad requiere, necesariamente, de más de un individuo. Dos seres humanos podrían ser solidarios si vivieran solos en una isla desierta, tanto como una persona que vive en una comunidad inmensa puede ser solidaria al colaborar con la buena alimentación de los niños de un país que está a kilómetros de distancia. Desde luego, la forma más simple, pura y cercana de la solidaridad la encontramos entre seres humanos próximos, en una relación personal de dos individuos.

Para buscar una solidaridad con alcance social, que tenga repercusión tangible en la comunidad, no podemos dejar de lado la solidaridad personal entre individuos que se saben iguales. Sería mentira decir que nos preocupamos por la sociedad, o por los necesitados en general, si cuando se nos presenta la ocasión de ayudar a una sola persona necesitada, no adoptamos una verdadera actitud solidaria. El empeño por la solidaridad social adquiere valor y fuerza en una actitud de solidaridad personal.

La solidaridad se enriquece y alcanza su plenitud cuando se le adhiere la virtud de la caridad, cuando se realiza por amor, cuando se convierte en entrega. Nadie ama más que el que da la vida por sus hermanos. El verdadero amor al prójimo, la verdadera caridad y entrega, se manifiestan en eso: en dar la propia vida. No sólo bienes materiales, sino la vida entera.

Francisco Guerra Neira dijo...

Sin duda que entregar y entregarse uno mismo es lo mas hermozo y que llena el alma, esta entrega no tiene limites en su expresión, mirese por donde se mire hasta con el ojo morboso...sin duda aún asi es la que apasigua el alma.
En ese contexto de entrega quiero cometar que existe en la Población Antonio Varas, sobre la carnicería la Perla del Sur, un grupo de niños que son atendidos y apoyados por otros niños mas grandes, estos últimos estudiantes Universitarios de nuestra Ciudad, estos últimos entre pruebas, clases y ensayos dan su tiempo para enseñar, ayudar a estudiar a estos pequeños que junto con buscar todos los sabados el alimento, también reciben educación.
Este comedor abierto nació del interes de un grupo de acción comunitaria, donde Mario Gallardo Vera, dueño de la Carnicería la Perla del Sur, entregó el espacio, y el apoyo incondicional al este grupo de acción, siempre y cuando existiese en el un comedor que apacigue el hambre de los niños de su población, hoy este comedor lleva el nombre de él, tras el reconocimiento de la población luego del asesinato en su hogar al intentar robarle los delincuentes de siempre, hoy sus hijos, nietos y el grupo de acción comunitaria continuan con esa labor.....sin duda esperamos con el tiempo aumentar la cantidad de ayuda a estos niños, y así con un granito de arena aportarle a ellos y a nosotros mismos un dia a dia mejor.